En Euskonews nos interesa su opinión. Envíenosla!
¿Quiere colaborar con Euskonews?
Arbaso Elkarteak Eusko Ikaskuntzari 2005eko Artetsu sarietako bat eman dio Euskonewseko Artisautza atalarengatik
On line komunikabide onenari Buber Saria 2003. Euskonews y Media
Astekari elektronikoari Merezimenduzko Saria
La ballena más apreciada por los vascos fue la “Eubalaena glaciales”, más conocida como “ballena franca”, aunque en aquellas fechas también se le conocía como “ballena euskara” o “ballena de los vascos” y por quienes las cazaban como “sarda” por su costumbre de nadar en grupos.
La familia de la Eubalaena la forma: la Eubalaena australis o ballena franca austral, la Eubalaena japónica o ballena franca del pacífico y la que nos ocupa a nosotros la Eubalaena glacialis o ballena franca glacial. Esta última pasaba el verano en aguas de Noruega e Islandia, y que bajaba en invierno a las aguas menos frías del Golfo de Bizkaia (de octubre a febrero). Se les llamaba también francas por ser las más fáciles de cazar, ya que nadan en grupos, lo hacen lentamente y una vez muertas flotan.1
Las ballenas son los mayores animales existentes. Miden de 14 a 20 metros. Tienen cuerpo fusiforme y su cabeza ocupa un tercio de su volumen. Su cola ha sido sustituida por una aleta nadadera o “aleta caudal”, diferente de los peces ya que es horizontal en lugar de sagital. No tiene orejas, ni pelo. Sus narices no cumplen funciones olfativas sino el facilitar su respiración. Están situadas en la parte superior de la cabeza y se abren y cierran, de forma que permite al animal permanecer bajo el agua hasta 20 minutos (los delfines unos dos minutos y los cachalotes hasta una hora). Tiene 2 mamas ventrales. Su peso oscila entre 40 a 100 toneladas de las cuales la mitad es de grasa o lardo, lo que le ayuda a conservar su temperatura estable, por lo que son animales homeotermos. Aunque hay especies de agua dulce, la mayoría es marina, y se alimenta de plancton. Tiene una cría cada 3 o 4 años.
Foto: Antxon Aguirre Sorondo.
Las mayores ballenas son las rorcuales o ballenas azules (Balaenoptera musculus) que llegan a pesar hasta 120 toneladas y hasta 30 metros y que viven en los Océanos Árticos y Antártico. Otra de las familias es la de las ballenas grises (Eschrichtius robustus) que suelen medir hasta 15 metros y con un peso de hasta 35 toneladas. Viven en los Océanos Atlántico y Pacífico.
Cociendo la grasa en grandes calderos en fogones, se obtenía el “sain”, que se empleaba principalmente para el alumbrado, aunque también en otros menesteres como la impermeabilización de prendas, elaboración de jabones y emplastos, etc. En cambio se juzgaba que la combustión de la grasa del cetáceo era impropia para la luminaria del culto religioso; a tan sagrado objeto se reservaba el más fino y limpio aceite de oliva o las velas de cera. Las barbas de las ballenas por su flexibilidad y resistencia se usaban como muelles en abanicos, corsetería (de aquí el nombre de las “ballenas” de los corsés antiguos), paraguas, relojes y otras máquinas. Sus huesos para soportes de parras, para obtener cal, e incluso en la construcción. La carne se consumía fresca, se ahumaba y adobaba, o se conservaba en salmuera (en este caso se llamaba “pasta”).2
El historiador Lope Martínez de Isasti, en su obra Compendio Historial de la M.N. y M.L. Provincia de Guipúzcoa, escrita en 1625 escribió:3
Traída al puerto (la ballena) y puesta en seco la hacen tajadas, y si es nueva la guardan en salmuera para comida de los franceses, y si vieja la derriten en hornos e hinchen de la grada muchas barricas.
Algunos autores4 en base a este texto han supuesto que la carne de la ballena se vendía a los franceses, pero no era consumida por los vascos, lo cual nosotros lo ponemos en duda. En un momento de tanta penuria y dado lo rico que es este manjar en sabor y en proteínas ello no sería inteligente. Otra cosa es que en tiempo de Isasti, siglo XVI, su consumo hubiera decrecido entre nosotros al mermar las capturas por una parte y al aparecer en el mercado los nuevos alimentos traídos de América.
Para entender el valor nutritivo de su carne lo mejor es que la comparemos con otras fuentes de proteínas5 (datos por cada 100 gramos):
Producto | Calorías | Proteínas | Grasas | Vitamina A |
Ballena | 127 | 23,0 | 3,0 | 120 |
Res | 209 | 18,3 | 14,4 | 33 |
Cerdo | 346 | 14,3 | 31,5 | -- |
Pollo | 135 | 21,0 | 5,0 | 40 |
Salmón | 141 | 20,0 | 6,0 | 110 |
Como vemos para conseguir la misma cantidad de proteínas que la carne de ballena habría que consumir doble cantidad de carne de res, y casi tres veces la de cerdo, además de que se aprovechan también sus huesos y cartílagos, e incluso su leche, en japonés “yubarta”, que es muy nutritiva, con el 50 % de grasa y 13 % de proteínas, lo que la hace superior a la de vaca que contiene 4 % y 3 % respectivamente.
En Japón la carne de ballena se llama “kujira” (antes se llamaba “isana” que significa “pez valiente”) y aún existen en Japón restaurantes dedicados, de forma exclusiva, a la venta de platos confeccionados con carne de ballena.
Se puede consumir en “sashimi” o carpaccio: en filetes de carne cruda aliñada al gusto, con aceite, ajo, con mayonesa, o lechuga; frita; al vapor; a la parrilla, como “sushi” con arroz y verduras; y se vende congelada en los supermercados.
En 1946 nace la CBI, Comisión Ballenera Internacional. En principio fue creada por 15 países balleneros con el fin de buscar leyes para el control de la caza de la ballena ante la amenaza de la pesca industrial que se estaba dando.
En su reunión de 1986 se estableció una moratoria total de la caza de la ballena, salvo la realizada por los pueblos aborígenes para su subsistencia, siempre que se ajustase a unos límites de capturas basados en dictámenes científicos, como ocurre aún con los pueblos aborígenes de Groelandia, Rusia o Alaska, que pueden cazar rocuales comunes y ballenas enanas.
En la reunión anual del CBI de 2001 se acordó solicitar a Noruega que interrumpiera su caza y que no concediera permisos para actividades comerciales con su carne. Y a Japón se le pidió que no diera “más permisos de caza científica”, ya que bajo el amparo de ese engañoso nombre se estaba esquilmando la población de ballenas.
En el 2008 la CBI la componían 81 países. En su anual, en junio en Santiago de Chile se volvió a pedir a Japón el cese de la caza bajo el nombre de “caza científica”.
En el 2009 la CBI estaba compuesta por 85 miembros y en su 61ª reunión, de junio, en la isla portuguesa de Madeira, se volvió a constatar las profundas divergencias entre los países que siguen cazando y los que se oponen a ello.
Los países cazadores alegaron que el CBI se creó para el control de su caza no para lograr su abolición, aunque todos se comprometían a “hacer esfuerzos para llegar a acuerdos concretos”.
Hay que recordar que tras la Segunda Guerra Mundial, para Japón la carne de ballena fue una fuente barata de proteínas, cuando la gente a falta de recursos (recuérdese que Japón fue uno de los países vencidos) no podía acceder a la carne de res, ni al pescado (véase el cuadro de valores proteínicos que antes mencionamos y comprenderos la cantidad de carne que tendría que haber importado Japón, que con una economía destrozada tras la guerra no le era posible).
Foto: Antxon Aguirre Sorondo.
En la década de los sesenta la carne de ballena fue habitual en los menús escolares de Japón, incluso se procesó como comida para perros.
Antaño su consumo estaba limitado a pequeñas comunidades pesqueras, cazadas con métodos tradicionales. Es el siglo XIX cuando se crean los modernos buques-factoría para su procesado total en el mar, y los barcos cazadores con cañones-arponeros. Se calcula que en 1962 se sacrifican en el mundo unas 66.090 ballenas de diferentes especies. En 1973 había en Japón 6 empresas balleneras, cada una con un barco nodriza, y 2 ó 3 arponeros y un buque tanque, que dieron ocupación a unas mil personas. En dicho año esta industria abasteció a la población con 122.000 Tns. de carne de ballena: 60.500 se destinaron a la venta directa; 15.000 en almuerzos escolares y 46.500 se enlató.
Tras la moratoria de 1986 las cosas cambian. El precio de la carne sube de forma brusca, llegado hoy a colocándose al mismo nivel que la carne de res.
Según un informe de la Asociación Ballenera Japonesa entre diciembre de 1999 y noviembre del 2000 se consumieron en Japón unas 2.500 toneladas.
Hoy son más los japoneses que están de acuerdo en la supresión de su caza que los que la defienden.
En el 2008 se cazaron 1936 ballenas, de los cuales la mitad fueron cazadas por barcos nipones.
Noruega e Islandia, son los únicos países de Europa que no respetan los acuerdos de la CBI y practican de forma oficial la cacería comercial de ballenas. En Noruega hoy la carne de ballena ya no se vende tan fácilmente como antes, ya que ha descendido su demanda. También ha bajado su consumo en Japón.
Japón, Rusia, Noruega, Islandia, Perú y Corea continúan aún cazando ballenas.
Desde 1998 otro factor se ha unido al meramente ecológico en la defensa de las ballenas, cual es el turismo relacionado con el avistamiento de los cetáceos, que movilizó en el 2008 a un total de 13 millones de personas, de 119 países, generando unos 1.400 millones de euros de beneficio, con un crecimiento estimado del 3,7 % anual, lo cual ha generado alrededor de 13.200 puestos de trabajo.
1 CLASIFICACIÓN CIENTÍFICA: Reino: Animalia; Filo: Chordata; Clase: Mammalia; Orden: Cetacea; Suborden: Mysticeti; Familia: Balaenidae; Género: Eubalaena.
2 LABURU, Miguel. Ballenas, Vascos y América. Edición del autor. San Sebastián. 1991. p. 24.
3 MARTÍNEZ DE ISASTI, Lope. Compendio Historial de la M.N. y M.L. Provincia de Guipúzcoa. La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao. 1972. p. 155.
4 Por ejemplo Mariano Ciriquiain-Gaiztarro, en su interesante obra Los Vascos en la Pesca de la Ballena (Biblioteca Vascongada de los Amigos del País. San Sebastián. 1961. p. 158).
La opinión de los lectores:
comments powered by Disqus